miércoles, 15 de diciembre de 2010

Adiós

Te echaré de menos, siempre. Supongo que el tiempo lo cambia todo, que la luz puede cambiar la lluvia por el sol y que desde los albores de la humanidad el ser humano ha tenido que dar pasos, pasos hacia delante a medida que pasan los años. La vida no es fácil, no es sencilla dicen por ahí. Yo creo que consiste en eso, que a veces nos empeñamos en lo complicado sin darnos cuenta de que en lo sencillo, por ejemplo en un paseo, en mirar al sol rozando los poros de tu piel o en sonreir cuando ves a un bebé lindo está la felicidad. 
Digo adiós a lo complicado, con pena, con dolor porque siempre ha formado parte de mi vida, pero de mi vida para empañarla de suciedad y tristeza la mayoría de las veces. A partir de ahora, sólo quiero estar como estoy, al lado de la sonrisa, de la sensación de plenitud que tengo ahora mismo y que relleno cada día con un nuevo conocimiento, con cada nueva mirada, con cada nueva palabra y cada persona que me aporte las ganas de vivir.
Digo adiós a esa estupidez suprema que a veces me hace complicarme hasta el exceso, a esas excentricidades que alguna vez me han visitado. Creo que por fin soy adulta, y pasé la adolescencia tardía. Así que nada, hoy con el agobio propio de la semana de exámenes, evaluaciones y demás, escribo esta tontería.
Adiós, adiós para siempre, con el dolor de la persona que pierde algo, porque cuando te quitan un pedazo de tu alma es cuando recuerdas que era tuyo y ya no está. Aunque fuese algo que en el fondo te hiciese daño era tuyo. Adiós, adiós y hasta siempre. Y doy la bienvenida a todo ente que quiera formar parte de mi nueva etapa adulta y me vaya a aportar nuevas experiencias dulces y agradables. Las puertas están abiertas.
Ea, y ya para completar el día, y si os habéis podido tragar toda esta porquería, una poesía,  con rima  asonante y todo. Besos.


Evolución
Con la dulzura extrema del hielo atravesando mi piel,
con las hojas que amontonadas se esparcen a la salida de tu alma,
sin el agua oscurecida y el olor nauseabundo de la estupidez,
ahí estoy, ahí.
Junto al bosque espléndido de la inmensa grava demoledora,
frente al campo verde y luminoso entre llovizna,
entre las riquezas absolutas de la naturaleza,
sin el fin, allí.
Y sonrío a los pájaros que pasean, y retozo alegre entre las mareas
sueño, canto, quiero, amo
porque la vida llena el corazón de sabiduría y la mente,
la mente de hiriente alegría.
Puedes cogerme de la mano, unirte a los cielos puros
volar de la mano de la amargura plena de la vida,
o seguirme hacia el cielo indemne 
hasta olvidar la absurda melancolía.
Yo me quedo aquí, en este sitio cálido
no quiero moverme, ya por fin, he evolucionado.

1 comentario:

zhagirae dijo...

Me alegra muchísimo que tengas esa actitud. Es buenísima para ti y contagia a los demás. Gracias. Un beso.