sábado, 8 de diciembre de 2012

LLuvia

La lluvia impregna de tristeza mi corazón destrozado, en pequeños trozos tiernos de desolación fría y templada. Palabras, momentos, palabras que lo ahogan en el invierno helado y arrítmico. No termina en este desfiladero angosto y nevado el camino. No va a terminar, solo continúa... Encontremos un sendero en el que la luz y la primavera se confundan con destellos. Lo hay, existe. Saltar del precipicio es la solución sencilla.. y más cobarde. Aquí está mi mano, ahora mismo inerte por el desconsuelo, aquí mi sonrisa, ahora mismo apagada por el deshielo. Aquí estoy yo, hoy, mañana y siempre.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Princesas


Hace unos días, una amiga escribía en su muro del facebook que "tropezar no es lo malo, encariñarse con la piedra sí". Y yo le respondí lo siguiente: "Lo bueno es que yo con tantas piedras he hecho un castillo, y ya al menos puedo mirar el camino desde las torres". Y ella me respondió: "Tú siempre princesa". Y eso me ha hecho recordar los muchos momentos en los que la gente te hace sentir como una princesa. Y princesa en el término más amplio, no Doña Letizia, ni Doña Cristina, ni princesas como las de Disney, princesas de carne y hueso con sus cosas buenas y malas, pero sencillamente princesas.

Los que me conocéis, sabéis de sobra(y decir esto no sé si peca de poco modesta) que soy sencilla. Ante todo una tía muy sencilla, muy llana y creo que también amable y agradable al trato.(Sí, lo sé, hoy no he ido a visitar a ninguna de mis dos abuelas). El caso es, que  a veces se me olvida como soy, muy a menudo diría yo. Pero gracias a Dios, siempre tengo cerca a gente que me recuerda quién soy y me hacen sentirme muy especial. Hoy aprovecho para dar las gracias a todas esas personas que siempre están cerca, que siempre te tienden una mano en los momentos de bajón, en los momentos en los que a uno se le olvida que es especial, que es distinto y diferente. Y que valorarse uno mismo es el primer paso para sentirse tranquilo y feliz consigo mismo, porque si no te sientes bien...¿cómo van a ver cómo eres los demás?. Así que sí, yo princesa, yo me siento princesa, y agradezco esos vocativos de princesa hacia mi persona, porque la verdad que me hacen sentirme como tal. Gracias, gracias, gracias.

 Y no lo olvidéis...las princesas sonríen, las princesas son felices, las princesas siempre ven el lado bueno de la vida, las princesas siempre consiguen lo que quieren, bien sea un príncipe azul, un castillo o gobernar el reino entero. Las princesas son guapas, hay princesas modernas y princesas recatadas, pero siempre princesas hermosas y diferentes con su punto de encanto. Así que amigos míos... ¡yo soy y me siento como una PRINCESA! Con tantas piedrecitas ya tengo un castillo, me voy a bajar de las torres para continuar andando, porque... quiero otro castillo distinto que esté más cerca de la playa...por ejemplo. Sean felices y disfruten de esta agradable tarde de lluvia.

PD: Perdonen ustedes esta entrada de hoy, pero hace meses que no escribo y tengo que ir calentando motores. Sean pacientes.


jueves, 23 de agosto de 2012

Suspiro...
la oscuridad, la música, el momento...
todo me hace acercarme a ti,
pero no puedo, no debo,
la razón quiere vencer al deseo.
Tus manos me rozan con timidez,
esperando una respuesta que no
quiero que llegue,
y me acaricias la piel muy suavemente,
pero me acerco, rozo poco a poco tus labios,
sin llegar a apoyarlos, como una mariposa aleteando
casi sin mover el aire,
y volvemos a sentir la caricia carnosa de mi boca...
 y ya, sin posibilidad de huir,
tus labios se unen a los míos en un tímido beso,
la inseguridad, el miedo,
se deshacen en cristales rotos de locura,
un mar de sensaciones me recorre el estómago,
suben y bajan al compás de la intensidad 
amarga y dulce del deseo.
Se intensifica el ritmo prodigioso de la pasión,
un beso, dos, miles,
rompimos la barrera de lo prohibido,
la razón ausente en un recodo del mar,
perdidos... entre tantos besos...
imposible encontrar de nuevo el rumbo
 es imposible...
pero no quiero parar ya.

lunes, 20 de agosto de 2012

Picos de Europa

Altas cimas de verde nieve...
contagiadas por el vuelo eterno y suspendido
de pájaros con esperanzas oscuras,
la luz invade las nubes
y la niebla cansada, allí,
donde el cielo se une con la tierra.
Alejado de lo humano,
lo terrenal se confunde con el mundo primitivo,
la soledad, el silencio...
interrumpido por nosotros.
El aire...
rasga con delicadeza y fuerza...
el corazón eterno sin alas de la vida.


20 de Junio de 2012. Fuente Dé. Picos de Europa.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Caminos

Cada vez tengo más claro que la vida es una gran encrucijada de caminos por la que vamos paseando y en la que tenemos que elegir qué dirección tomar cada cierto número de pasos. A veces son tan cortos, que uno no percibe que ha cambiado el sentido y cuando quiere verlo ya está inmerso en una vegetación distinta, en unos colores nuevos, olores cambiantes que hacen revivir los sentidos y despertar de golpe  dentro de un lugar diferente al que se hallaba. ¿Debo estar aquí? ¿Estoy en el sitio correcto? Esa pregunta surge retumbando entre los árboles, se mete por tu boca y te atraviesa hasta las entrañas. 
Hace poco me dijo una amiga que uno sabe que está en el lugar correcto si se siente feliz, si está tranquilo. Si se siente esa paz, lo mejor es quedarse entre esos lares. Pero es tan complicado saber si estás en el camino correcto... Yo no sé si haré bien, en épocas de cambio, de crisis como se suele decir, todo se tambalea y la incertidumbre siempre te acompaña y tus miedos, tus deseos y lo que quiere uno de verdad se entremezclan en un caos perfecto que a veces te lleva a la autodestrucción o a la autocreación.
¿Qué estoy haciendo? Definitivamente no lo sé, pero algo me dice que estoy en la entrada del sendero, pasando la colina, y sólo tengo que avanzar unos pasos, porque la luz ya la veo y el cielo a mi alrededor está muy claro, incluso soy capaz de escuchar el arroyo de agua clara que tanto me reconforta, ese agua que renueva y da la vida.

martes, 7 de agosto de 2012

Whatsappear

Hace mucho que no escribo en el blog, pero esta entrada no va a ser sobre política, ni sobre el panorama nacional con todas las desgracias que inundan el día a día nada más leer la prensa o escuchar a Rajoy. Esta entrada va sobre el Whatsapp. Sí, ese modo de comunicación que nos tiene totalmente enganchados a los móviles día y noche. Ha cambiado nuestras vidas, y la forma de relacionarnos.
Antes que nada, quiero confesarme: yo tengo un problema y estoy enganchada, totalmente enganchada. Reconozco que paso más tiempo mirando el móvil que haciendo cualquier otra cosa. Y reconozco que si no tengo mi móvil cerca, me llego hasta a estresar, y pienso... ¿cuántos whatsapp tendré cuando lo vea? ¿Me habré perdido algo importante de mi grupo... " primera comunión de la prima de la hija de la vecina"?
Uno antes, iba a tomarse algo con los amigos, y... se hablaba, se dialogaba. Ahora, atiendes a varias conversaciones a la vez muchas de ellas virtuales, ausentes físicamente, pero... ¿no es la comunicación un diálogo entre dos? No es necesario estar en el mismo lugar para confesarse verdades, aunque es bien cierto que no se dice lo mismo mirando a los ojos que a través de unas teclas y una pantalla.
De hecho, a veces eso genera problemas. Pongamos el caso que tenemos cinco grupos de amigos, amigos del trabajo, amigos íntimos, amigos superíntimos...y uno critica a fulanita en el de amigos íntimos por error, cuando debía ponerlo en el de superíntimos... un problemón bien gordo porque queda hasta recogido por escrito, ahí tienes la prueba, me has llamado tonta, tonta, bien alto y claro.

Luego está lo del tono de los mensajes. Sí, eso del tono creo que es más bien cosas de nosotras, las mujeres: "Pepi me ha mandado un mensaje y mira el tonito con el que lo ha dicho". Y habrá cerca algún hombre que te dirá, a ver es que lo de tono no lo pillo simplemente ha puesto: a las cinco nos vemos en la plaza. Y tú miras a tu pareja, amigo o hermano con ojos de pantera y le dices: ¡No os dais cuenta de nada! Lo ha dicho con un tonito de enfado, ¿cómo no te das cuenta de eso?. Y claro, esos problemas surgen sobre todo entre parejas, entre hombres y mujeres. Ellos...el tonito no lo pillan. Inocentes....

Y luego está el: "Te he mandado un whatsapp, y lo has visto, porque has entrado a las 19:55, y si no has contestado es porque no has querido, que ya te vale" Mito urbano, leyenda... no se sabe. En teoría todos sabemos que si hay dos rayitas aquello se ha enviado pero.... la cuestión es ¿lo ha leído con la última hora de acceso que pone arriba o no? Mis compañeras de trabajo y yo,  un día de aburrimiento, nos pusimos a hacer pruebas de todo tipo, te mando el mensaje, no lees el mío, pero entras y lees el de Marta y a ver que pasa. Y sinceramente... el estudio no fue concluyente. Y a los pocos días, salía la notica en Abc o El País diciendo que no siempre las dos barritas era leído ni la hora de entrada en la aplicación lo aseguraba. (Yo personalmente creo que la crisis influye en todo, muchas parejas y amistades se estaban yendo al carajo, de modo que como cortina de humo se sacó en los medios esa noticia inventada... no sé que piensan). Para mí, personalmente eso es un coñazo, lo leo cuando quiera, contesto cuando quiera, no siempre puedo contestar aunque últimamente mi móvil sea un apéndice de mi cuerpo. Y por favor, que nadie se enfade. 

Estar enganchado al whatsapp o al móvil, te hace perderte momentos de la realidad, porque yo me he dado cuenta que en ciertos momentos me estaba interesando más la conversación del móvil que lo que tenía a mi alrededor y eso llega a ser un poco triste. Hicimos un día la prueba de quitarle a un amigo su móvil durante una hora. Él más enganchado que yo...mucho más...muchísimo diría yo. Pues fue quitarle el móvil y se le cambió la cara, se puso nervioso, intranquilo, hasta creímos ver como le caía una gota de sudor por la frente. Como los niños pequeños, preguntó cuanto queda para que me deis mi móvil una vez cada dos minutos. Él no lo sabía pero tenía mono, igual que una droga necesitaba a su móvil entre sus manos. Yo creo que lo acostaría de noche a su lado, encima de su almohada para no perderlo de vista.

Pero también tiene cosas buenas, como poder charlar GRATIS con tus amigas y contarle lo que te pasa. De hecho tengo amigas con las que antes pasaba tiempo sin hablarles y ahora cada día nos contamos cositas y eso me encanta. Y así podemos continuar la amistad, que siempre quedar para un café no es sencillo.

Bueno,confieso que el primer párrafo del post lo escribí hace unas semanas cuando estaba completamente enganchada, ahora después de un fin de semana en el extranjero sin red móvil me he desintoxicado un poquito y puedo ir al servicio o a la calle sin llevar el móvil encima. ¡Qué cosas estas de las adicciones! Lo que pasa es que lo que creo es que me desengancho de una cosa y me hago adicta a otra. ¡Todo el mundo tiene sus imperfecciones! Sean felices con whatsApp o sin él, pero felices.





viernes, 8 de junio de 2012

Siento

 
Siento que la luz profunda se adentra en mi alma,
siento que la calma me inunda a tu lado,
un momento, un instante, y cerca,
tan cerca tus manos...
Siento el tiempo ahogando mi alma,
siento lagunas de hielo que abrasa,
siento que muero,
siento que vivo, y al final...
en lo profundo, en lo antiguo, en lo triste,
en las ruinas eternas de mis espaldas....
una luz, un brillo, un atisbo...
¿una esperanza?
Esperanza de tu nombre, de tus caricias,
del calor que me despierta el corazón,
de las nubes que se mueven,
que sienten, que quieren...
Dan paso al sol,
dan paso a la vida,
dan paso a mis raíces,
a la felicidad... a ti....
Pero me siento aislada,
siento inmensas columnas que me paran,
siento el huracán que me paraliza,
que me arrastra
me hace volver a atrás...
Y me pierdo, me insulto, me odio...
 porque estoy a un paso de tus besos,
a un sólo paso de tenerte,
y no puedo.
Necesito fuerza, necesito aire,
necesito un corazón cubierto de amapolas blancas...
Pero un muro me separa del campo maravilloso y eterno,
y gritaré, saldré, podré.
Porque sólo pensar,
sólo imaginarte entre mis brazos,
rozando mis labios...
sólo eso me estremece.
Mi corazón estaba enterrado 
entre las tinieblas solitarias....
ahora va subiendo, se va elevando,
por favor... cuando viva...
 agárralo fuerte y extiende tu mano.
Para Eli. Que me recuerda de vez en cuando que tengo que escribir. Esta poesía no es de de hoy, pero bueno, prometo esta semana meter otra entrada. Besitos.

jueves, 26 de abril de 2012

Triste

No puedo evitar sentirme así. Triste. Miro alrededor, y por mucho que quiera ver el lado positivo no lo encuentro.Las noticias de cada mañana crean una penumbra horrorosa sobre mi cabeza. No puedo entender cómo retrocedemos día a día, paso a paso. La otra noche concretamente no podía dormir, no podía dormir después de leer un par de noticias: el copago de medicamentos, la anulación de la convocatoria de oposiciones, la no asistencia sanitaria de inmigrantes, la pasada reforma laboral. No sé, una serie de datos que me hacen pensar que cada día la cosa está peor, y que en vez de mejorar, todos esos recortes no han rebajado más de un punto respecto al mes pasado la deuda. ¿Qué será lo próximo?

Mi abuelo me comentaba ayer que no entendía como de golpe podía irse todo lo alcanzado con sudor y esfuerzo. Me comentó cómo aceptaron con alegría la sanidad pública, pero que aquello no había estado ahí siempre, y que antes, si estabas muy enfermo y  eras pobre, ya sabías que estabas más cerca del otro mundo que de este. "Niña, yo con la edad que tengo ya, no pensé que volvería a ver tiempos así."

La conversación se fue por otros derroteros y acabamos hablando de la primera vez que habían visto el mar mi abuela y él. Él en la mili, porque le tocó la marina en Bilbao, le pregunté algo que me llamó la curiosidad." Abuelo, ¿ tú te has bañado en el mar?, sí hija, pero agarrado a una escalera porque yo no sé nadar. ¡Es cierto, no sabía nadar! Algo tan normal hoy día como es nadar, en épocas pasadas era imposible de hacer a no ser que tuvieras cerca el mar o una ribera. He nacido, bueno, hemos nacido, en una época de grandes posibilidades a todos los niveles. Sé nadar desde que tenía tres años prácticamente, mi abuelo con 89 años morirá sin tener el gusto de saber flotar o sumergirse sintiendo la presión del agua en la frente. Mi abuela en cambio, jamás se ha bañado en el mar, y no lo vio hasta que no tuvo más de 40 años, cuando mi madre fue a estudiar con una beca a Huelva. Sí hija, la primera vez que fuimos a visitar a tu madre vimos el mar, tan inmenso, tan grande, precioso. Y esto me hace recordar la noticia que leí ayer, volvemos a épocas pasadas en las que las becas sólo las tendrán aquellos que sean brillantes, los demás, nada de nada (si tienes dinero, todo lo que quieras, claro).

¿Y la reforma laboral? Todos esos derechos que tanto costó adquirir a los trabajadores y que se han ido de un plumazo, o más bien por un Decretazo. ¿Podemos quedarnos impasibles ante tal ataque? ¿De verdad tenemos que asumir que se llevan los derechos para dárselos a los empresarios y banqueros? Flipante. 

El sistema público sanitario y educativo francamente se está yendo al garete, y esto es sólo el principio, ¿hasta dónde puede llegar la cosa?. ¿Nos veremos como en Grecia dentro de nada? 
En Educación, el castillo arde en llamas: más horas de trabajo para los funcionarios, que al fin y al cabo, si me tengo que sacrificar ahí me da igual, pero lo que implica es miles de interinos en la calle por asumir yo más horas, y como no, una bajada de la calidad en las clases porque acabaremos dando materias que no son las nuestras; aumento de la ratio de alumnos por profesor (esto me preocupa muchísimo porque perjudica al profesor y a los alumnos, señores, eso no es mejorar la enseñanza, es cargársela. ¿Cómo puedo atender a la diversidad con 40 alumnos por clase? Que alguien me lo vaya enseñando porque es lo que nos espera.); subida de las tasas universitarias y la consiguiente reducción de becas para esos estudios. Bueno estos son algunos ejemplos, mejor no sigo.

¿Hablamos de la sanidad? Porque no dejo de pensar en todos los ancianos que necesitan para vivir sus medicamentos y que con las miserias que reciben de pensiones y el copago no comprendo cómo lo van a hacer, pero bueno, eso es lo que hay ¿no?. La verdad que uno se plantea esto y mucho más. El ambiente social se está caldeando: más parados, menos derechos, cabreo generalizado, la prima de riesgo subiendo... Indignados, enfadados, defraudados... Una situación idílica.

 Y termino haciendo referencia a mi abuela, con sus casi 90 años, sentada en su sofá y feliz con lo poco que tiene, cuando voy a visitarla me pregunta por lo que ve en la tele. Y el otro día me dijo: "hija, las peleas que se ven de los muchachos que están en paro, la gente gritando en la calle enfadada, me dan mucho miedo, ten cuidado, que todo tiene muy mala pinta. ¿No irá a haber una guerra pronto? ¿Eso es en España? Mira que me da susto que estés por la ciudad". Mi abuelo, que tiene  su cabeza muy bien a pesar de la edad, le gritó desde el otro sofá: "esta mujer está tonta, qué guerra ni que guerra, que eso no pasa nada, no te enteras de nada".  Y sabéis qué os digo, que sí se entera, vale que lo de la guerra es una exageración, pero sí se entera y se da cuenta, a pesar de sus enajenaciones por la edad, de que algo está ocurriendo en el país, y es normal que sienta ese miedo y preocupación a lo desconocido, o más bien conocido por ella, porque supongo que el miedo se le generará al recordar episodios pasados de la historia y que yo no he vivido (pongamos el ejemplo de los grises golpeando a estudiantes) pero ella sí.

En fin, que hoy yo ando igualita al cielo gris que ahora mismo cubre Sevilla, la fiesta estará por fuera, en el recinto ferial,  pero sobre mi cabeza sólo veo el nubarrón y una preocupación por el futuro que crece cada día. No puedo evitar sentirme triste y plantearme cómo vamos a salir de esto. Pero una cosa sí que sé, atentando contra los derechos de los más débiles, arrebatando el estado del bienestar con una sanidad pública y un derecho a la educación gratuita, no vamos a estar mejor, así no. Creo que se están equivocando, ese no es el camino.


lunes, 23 de abril de 2012

Vuela, volando que vuela

Un día me di cuenta que podría escribir un libro titulado Cosas que sólo me pasan a mí, constantemente. Sí, tengo una colección de anécdotas estúpidas, con un tono entre lo bochornoso y lo simpático que a ojos externos deben ser un descojone constante. Sin duda, estar cerca de mí es divertido, nunca te puedes aburrir. 

Un ejemplo es lo que me pasó recientemente, podríamos titularlo La boda de mi mejor amiga.
Las bodas son espectáculos sociales en los cuales lo único importante si te paras a pensar es la novia. Un hermoso vestido, un perfecto maquillaje, peinado. Todo gira en torno a ella. ¿Alguien se fija en el color de la corbata del novio? ¿O en el color de la camisa? Por supuesto que no. Es un día emocionante para las familias, los amigos, conocidos etc. En fin, yo me guardaré ahora mismo mi opinión personal sobre el matrimonio, porque para qué. 

A mí, sinceramente, lo único que me interesa de una boda, si yo me casase algún día quiero decir, sería el vestido. Vestirme de princesita disney pero de blanco. Porque eso tiene que llenar el lado egocéntrico que tiene todo hijo de vecino. Lo demás... bueno sí, la despedida de soltera con tus amigas, eso sí que mola, pero que a mí me la podéis organizar ya aunque no me case nunca...¿o es que no me lo merezco?

 Bueno, tal y como iba contando, era la boda de mi mejor amiga (la boda en la que mejor me lo he pasado de las últimas que he ido, pero supongo que será por la cercanía de la persona casamentera). Estuvo guay ver cómo se arreglaba, se ponía el traje, llegaba a la iglesia, la ceremonia y ese largo etcétera. Yo monísima de la muerte, bueno en verdad no tanto, porque como tenía el pie fastidiado no podía llevar tacones, así que era un tapón con pamela, básicamente. Pero bueno, cosas que pasan, una que se tropieza de la forma más estúpida.  

Salimos a la puerta de la iglesia para tirar el arroz a los novios, pero yo me retiré a una esquina no me fuesen a pisar. A estas, que Dios enfadado conmigo, no sé porqué motivo, (creo que con el tobillo ya era suficiente) hizo que se levantara viento, que se cirniera sobre mí, fuerte, rápido y se centrase en volar mi pamela. (Mira que lo pensé veces, me compro la pamela esta o no, mira que tú eres un poco desastre para estar cosas, piénsatelo, venga, y nada, pamela al canto). 

Tuve un aviso, las cosas como son, noté que se elevaba sobre mi cabeza y estuve rápida atrapándola al vuelo. Pero ese fue el primero, Dios dijo, venga más fuerte señor viento, con eso no hacemos nada, y de repente la ventolera fue mucho más fuerte. Pero esta vez, se lo tomó a pecho, mi vestido con un poquito de vuelo comenzó a levantarse, al mismo tiempo, mi amiga me lo intentaba sujetar, yo también, la pamela volaba de nuevo, la gente miraba, la gente reía, y yo roja como un tomate. La pamela, la pamela, era lo que se escuchaba en la cuesta de la iglesia. Yo abochornada, mis amigas descojonadas, y la pamela se fue posando como una mariposa dando saltitos, y se iba, se iba, era difícil cogerla hasta que se despeñó por el cercado de debajo de la iglesia, adiós, adiós pamela.

En fin, cosas que pasan, le podía haber pasado a cualquiera me decía la gente para consolarme. ¡Y un carajo! Le podía haber pasado a cualquiera pero siempre me pasan a mí.  Ya la gente comenzó a pasar, todo el mundo se reía de mí seguro, está claro. Porque la situación era para eso, yo también lo hice. Una exalumna más buena que el pan, que andaba por aquellos lares observando a los invitados, bajó al cercado y me rescató la pamela. Por suerte, no estaba demasiado fastidiada. Aunque traía de regalo una hormiga. 
El resto del día muy bien, pero traumatizada ya de por vida....bueno, en realidad  no es para tanto, sólo  fue una anécdota más. Hay que reirse de uno mismo, total, que vida más triste si uno no ríe ¿verdad?.
Y aprovecho para desearles a los novios un Feliz Matrimonio, lleno de risas, porque las sonrisas sin duda hacen la felicidad.  Así que ya sabéis, reiros, sonreid, que ser feliz es lo más importante.




miércoles, 4 de abril de 2012

Las Chapas en Santa Olalla: entre la devoción y el azar


Existe un lugar donde la Semana Santa no sólo supone la salida de los pasos y las cofradías de nazarenos. En el municipio serrano de Santa Olalla del Cala, esta semana tiene también olor a juegos de azar. Paradójicamente, existe una tradición que roza el pecado entre tanto ambiente de santidad y de culto: “el juego de las chapas”.
Las chapas, es un viejo juego de azar que la tradición ha mantenido a lo largo de los siglos en esta pequeña localidad onubense. Tiene un desarrollo bastante sencillo, y consiste en cruzar apuestas libres entre los componentes de un corro de jugadores llamados “puntos”, contra otro jugador, “la banca” que es el encargado de casarlas. Hechas las apuestas, y situados todos alrededor del corro, el banquero lanza al aire dos monedas de cobre antiguas(con la cara reluciente, y la cruz oscura para distinguir ambos lados), que al caer al suelo en el centro del corro, desvelará cuál fue la fortuna de todos los jugadores ante sus atentas miradas. Si una vez en el suelo, ambas monedas muestran sus caras, ganará la banca todas las apuestas, si por el contrario son cruces, los puntos habrán ganado una cantidad igual a la que habían apostado, y esa cantidad será pagada por la banca a cada uno de los jugadores. La banca al salir las cruces deberá ceder su puesto a un nuevo banquero. Si se diese el caso de que cada una de las monedas muestra un lado distinto ( una cara y otra cruz), la apuesta se consideraría nula, y se efectuaría un nuevo lanzamiento de monedas. Decepción, alegría, expectación…una serie de sentimientos que se entrelazan alrededor del círculo.

Las apuestas en este juego son dinerarias, pero como nos comentaba un veterano jugador de chapas, “cuenta la leyenda, que jugadores cegados por el dinero, llegaron a apostar su casa, su coche, e incluso su mujer, ¡como si ella fuera una propiedad transferible!”. Pero claro, la leyenda dista mucho de la realidad, y en los pueblos se tiende a exagerar un hecho y convertirlo en leyenda. Lo que sí es cierto, que basta acercarse a los numerosos puntos de encuentros que suelen ser los bares de la localidad, para ver fajos de billetes en el interior del corro “es la emoción de apostar 100 euros por ejemplo y salir con 300”, comentaba un chico de 25 años que acababa de ganar, pero claro está, también se da el caso de personas que han perdido grandes cantidades “otra vez será, yo llevo esperando todo el año para poder apostar, así que no me importa haber perdido” decía afligido un jugador habitual.

Del origen del juego de las chapas existen varias hipótesis: unos dicen que es un juego derivado de los juegos de apuestas que tanto amaban los soldados de las milicias medievales, para otros se tiene constancia de la existencia de juegos similares en el norte de España, derivados de costumbres celtas e íberas , los norteños, al venir a repoblar la zona de la sierra onubense, trajeron su juego con ellos ; para el sector eclesiástico el juego de las chapas tiene un claro significante religioso. Para los más religiosos, el juego de las chapas representa el pago de las 30 monedas por las que Judas vendió a Jesucristo a los Fariseos.


El juego está limitado temporalmente a la Semana Santa, lo que hace que haya una extraña mezcla en el ambiente general del pueblo: mientras unos toman la sangre de cristo en forma de vino, y toman el pan en representación de su cuerpo en la Iglesia, otros toman cervezas y sus correspondientes tapas mientras juegan a las chapas en su particular templo, el bar.
Ambos grupos, religiosos y aficionados a las chapas, comparten las mismas dudas e ilusiones, ambos llevan la esperanza y el temor a cuestas mientras rezan por salvar sus almas, los unos , y otros rezan por que la Diosa fortuna les acompañe y puedan conseguir aumentar su bolsa. Es la gloria o el infierno, frente a la cara o la cruz de la moneda. La tradición pasa de mayores a jóvenes, y las noches de semana santa, en la calle de la botellota, tal y como se conoce en el municipio, los corros de las chapas forman parte de la diversión de las generaciones más jóvenes “yo sólo he apostado un par de euros, y los he triplicado, supongo que es la emoción” explicaba una chica de unos 19 años en el botellón. Si algo es cierto, es el fervor y el seguimiento masivo que tiene este juego.

Sea como sea, el juego de las chapas se ha convertido en unos de los signos de identidad de este pueblo, que el juego haya sobrevivido tras cientos de ordenanzas municipales que lo prohibían, quiere decir algo ¿no?. Pero es que además de seña de identidad de los santaolalleros, el juego de las chapas atrae el turismo, y juega las veces de diversión popular y tradicional, y de fuerte publicidad positiva para el pueblo. De hecho , hay gente que viene expresamente en Semana Santa a jugar a las chapas, y eso genera una gran inyección económica, y eso sin duda es progreso para el pueblo. 


Mañanas, mediodías, tardes y noches de semana santa alrededor del corro de las chapas, así es Santa Olalla. Todos apurarán hasta el último día en el que se puede jugar y apostar, y muchos esperarán hasta el año próximo con devoción para poder continuar con esta tradición que se perpetuará de generación en generación y alimentará el peso de la leyenda.

Este reportaje lo escribí con mi hermano Manuel José Rodríguez Macarro. Con su permiso, lo pongo en mi blog.





sábado, 17 de marzo de 2012

Volver ( Este texto es para el libro de la Romería 2012 de Santa Eulalia)


Nuestra tierra tiene algo que te impregna el alma. Un sentimiento que tenemos arraigado del que es imposible desprenderse. Es una mezcla de olor a romero y jara, de dulzura y simpatía, de caricias y amores juveniles, todo ello envuelto en un halo de misterio y esperanza sobre el que está Santa Eulalia.

Y esa fuerza que nos atrae, que hace que las personas que a veces estamos fuera por motivos de trabajo o de estudios no podamos vivir sin ella, se hace mucho más fuerte cuando llega el mes de Mayo.
No puedo imaginar una Semana Santa que culmine sin la gira, con la ribera llena de flores, con días soleados en los que todos compartimos las alegrías, la familia y los amigos se reúnen en torno a la mesa a reírse, a quererse, a disfrutar alrededor de la ermita donde está nuestra Santa. Pocos días salieron lluviosos de los que yo recuerdo, pero eso no cambió nada, la lluvia festejaba del mismo modo la entrada de Santa Eulalia en Santa Olalla.

Y la novena en su honor es también parte de todos, ¿quién no ha reservado tiempo para ella en su semana? Porque ella se lo merece, porque nuestra Santa en esos días jamás está sola, aunque jamás lo está. No pasa un día en el que los santaolalleros no la tengan en mente. En las alegrías, cuando nos echa una mano, cada vez que nos aporta esperanza...¡cuántas veces habré dicho gracias Santa Eulalia! Y también en los malos momentos, en los que nos aporta luz en el camino oscuro.

El pregón, la misa flamenca, la procesión por las calles. Ese día el pueblo entero se adorna para que esté a la altura de la belleza de la santa, los vecinos pasan horas ultimando detalles para que todo esté espléndido a su paso. Igual que ocurre el viernes de ofrenda, mágico día en el que todas las niñas, muchachas y mujeres del pueblo portan con gracia y belleza sus mejores galas flamencas. Un momento en el que el aire se impregna de ese aroma de flores que se clava en los sentidos, todo para ella, en su honor, para Santa Eulalia.

Y como no, la romería. Día en el que las carrozas, los carros, caballistas, romeros a pie, todos siguen a la Virgen. Sólamente recuerdo una romería en la que no pude estar, debido a las oposiciones, y aún recuerdo como por teléfono escuché con lágrimas en los ojos ese momento tan emotivo del Ángelus. Yo quería estar allí, no quería estar lejos. Pero sin duda, mi corazón y mi alma no estaban en aquella biblioteca, estaban con Santa Eulalia.
Por eso, me gustaría dar ánimos a todas aquellas personas que por motivos ajenos a su voluntad no pueden estar con nosotros el día de la romería, o cualquier otro día en el que lo deseasen durante estas fiestas. Porque el sentimiento de tener el corazón rasgado al no poder estar en tu pueblo, con tu gente, y con la Santa, es muy duro y todo el que lo ha sentido alguna vez sabe a lo que me estoy refiriendo. Por eso decía al principio, que esa magia que nos une a nuestra fiestas en honor a Santa Eulalia es algo maravilloso que nunca debemos perder. Es un sentimiento fuerte que nos hace sentirnos unidos y jamás deberíamos renunciar a él. Y siempre, siempre hay que volver, a Santa Olalla y con Santa Eulalia. ¡Viva Santa Eulalia!



lunes, 6 de febrero de 2012

Un poemita

Bueno como llevo un tiempo sin escribir...cuelgo un poema que me acabo de encontrar que escribí hace ya un tiempo.

Mis ojos se detienen en los tuyos,
la calidez del sol roza tímidamente
mi cabello,
una sonrisa, dos, tres...
el tiempo se detiene.


Oímos el alegre trinar de los pájaros del parque,
las risas, los llantos, los jugueteos de los niños...
el tiempo sigue avanzando.


Pero nuestras almas se enlazan,
nuestros corazones se saludan y
nuevamente se conocen.


Mis labios abrazan levemente
el dulce sabor de un helado,
juguetones desean el frescor de la inocencia...
una vez más.


Y reímos, el instante sí es perfecto,
tú sonríes porque estamos de espaldas
al gran lago...pero te equivocas,
sí es perfecto. El pasado a las espaldas,
el presente entre las manos,
las sonrisas, el dulzor profundo
de las mariposas que recorren el estómago.


Me siento viva,
viva desde el alma, y el corazón,
confuso nuevamente da paso a las palabras,
y de nuevo mi pluma se mueve disparada,
acompasada con el alma,
nuevamente liberada.
Gracias por volver,
mi musa estaba capturada.