domingo, 15 de marzo de 2020

Día 2 de Confinamiento.

Lo titularía... hoy ya me he puesto nerviosa. Y sólo es el  día 2.
Mi hija me persigue por todas partes de la casa y no consigo despistarla. Y eso que mi marido está en casa, mañana que tiene que trabajar, creo que va a ser horrible.
Me levanté sobre las nueve, al menos no madrugaron tanto, bajamos, desayunamos, recoger un poco...
 Y el resto del tiempo jugamos en el patio. Hicimos el dibujo del arcoíris y TODO VA A SALIR BIEN. Pero aquello fue un caos... Dios mío. Niña quita color a niño, niña tira el cesto de las pinzas, niño enfadado porque niña coge color, niña coge todos los colores y los tira por el suelo, niño llora, niña coge dibujo del niño y lo arruga, niño pega a niña, niña pega a niño, los dos lloran, yo también quiero llorar... acto seguido acaban los dibujos y los pegamos en la puerta de la calle. No me da tiempo ni a cerrar cuando salen corriendo para el patio... niño coge manguera, niña se pone debajo, niño ríe, niña llora, mami grita, marido baja que estaba arreglando el estudio. TODOS PARA DENTRO.
Después de ese tiempo a preparar comida. Comemos, recogemos, niña se duerme y niño juega. Un ratito para seguir viendo Outlander. Momento calma del día.  Pero dura poco, niño viene con su monopoly Junior. A jugar. Gran momento, compro todos los hoteles del juego, gano mucho dinero, y niño después de reírse mucho acaba llorando porque ha perdido. Nuevamente al punto de partida. Hora de la merienda. Niña se despierta también, zumitos de naranja, frutita y muchas galletas, para compensar.
Y es el momento de hacer algo que mañana hay teletrabajo, madre del amor hermoso, dejo planteada la semana de mis grupos, directrices al claustro y me pongo a escribir esto, mientras mi niña se sube y se baja porque también quiere teclear. Esto va a ser complicado, muy complicado.

Me he agobiado ya hoy, lo reconozco. Miro las estadísticas, miro lo que puede llegar a pasar y me acojona, me acojona esta incertidumbre. Yo estaré confinada, con mis dos niños. Pero mi marido tiene que seguir yendo a trabajar, y me da mucho miedo,  así no vamos a estar libres del virus, y quién me dice que no lo tenemos ya, o alguien con quien he estado estos días lo tenía. Tengo miedo. No puedo evitarlo. Como decía una compañera hay que concienciarse que lo vamos  a pillar muchos, lo importante es no contagiarlo al grupo de riesgo.  Se me va a hacer muy difícil tantos días sin ver al resto de mi familia, pero es necesario, hay que confinarse.

He salido de casa un momento, que ha sido para tirar la basura al contenedor de la esquina. He deseado tanto tener perro... Y de nuevo me ha recordado a The Walking dead. Da todo esto tanto miedo.  Pienso también en toda la gente que tiene que seguir trabajando por los demás, sanitarios, tenderos etc. mil gracias, a todos, sois unos valientes.  Por eso mismo los demás debemos quedarnos en casa, es la única forma de pararlo o retenerlo.
Hablé con mi abuelilla Felisa hoy, me dio mucha pena, esto parece una guerra hija, no entiendo nada, ¿no estaremos en guerra y tus tías no me lo dicen? Lo que tuvo que pasar la gente mayor en aquella época, qué locura. Y lo que nos está tocando vivir ahora, es que no me lo puedo llegar a creer de verdad.
Ahora a las ocho es el homenaje de los aplausos. Mi hijo está emocionado de salir a aplaudir así que ahora saldremos.
En fin gente. Este ha sido el día 2. Ánimo. Y fuerza.  Y TODOS EN CASA.




sábado, 14 de marzo de 2020

Día 1 del confinamiento.

DÍA 1

Buenas tardes. He decidido que voy a escribir un diario de estos días y compartirlo con vosotros. Que nadie espere una obra literaria que no es más que una chorrada para pasar el tiempo (15 largos días)
Me desperté temprano, en realidad me despertó mi hija con su "mami mami, teta, teta" y saltó a la cama. Miré el reloj, y eran ya las ocho. No pude volver a dormirme. En realidad llevo durmiendo mal toda la semana, todo esto del COVID19 me tiene muy nerviosa. Bueno, a mí y a todo el mundo como es normal, no estoy preparada para una pandemia.

El día de ayer no lo voy a meter en el diario, mejor lo obvio. Porque fue demasiado intenso. Sin clases, virus extendiéndose, tomar decisiones que influyen en la vida de más de cuarenta personas... en fin. Que ayer no estuve confinada por la mañana, así que no cuenta.

Me levanté de la cama porque mi otro hijo es muy madrugador y me fui con él al salón. Supuestamente mi idea era ir a comprar el pan temprano, que no hubiese mucha gente, pero entre una cosa y otra no salí hasta cerca de las 11 de la mañana. Me monto en mi coche, y digo, voy mirando a ver donde hay poca gente, no me hacía a la idea de que iba a haber tanta gente, mi pueblo es pequeño. Fui dando un paseo por el pueblo, dentro de mi coche, y fui viendo las colas de gente en la calle esperando para entrar en las tiendas. Y paré donde no había nadie. Compré el pan y me marché. Fui a visitar a mis padres un instante, desde la puerta, mi madre que entrase, pero no , ellos más de 65 años y mi abuela de 95, como para entrar yo.  Los saludé, me dieron desde la distancia unas cosas que tenía allí y para casa de nuevo.

Ohhhh, no puedo dejar de contar que parte del tiempo lo he perdido mirando el WhatsApp, grupo de profes preguntando dudas, planteando alternativas posibles para la docencia online, otros grupos por otro lado de amigas, risas, memes, preocupaciones, informaciones varias, histeria colectiva, más memes de papel higiénico...
Y sí, saco el tema del papel higiénico, porque si el virus no produce diarrea (o sí y si es por eso chitón)  no entiendo la histeria de comprar montones y montones de paquetes. No lo veo de primera necesidad. Si uno está en casa se puede limpiar las posaderas de otra forma, se me ocurre en la bañera con jabón, mejor sería comprar mucho jabón para lavarse las manos, culillo, chochete... ustedes me entienden.
 Bueno a lo que voy, tras eso llegué a casa. Los dos niños correteando. Todo revuelto por el salón. Mi marido por allí. Y dije ea, esto ya sí que es el confinamiento de verdad.  Recoger, poner lavadoras, limpiar un poco, tender, hacer de comer... las cosas normales de algunos sábados pero con una diferencia: sin prisas. Sí señores he encontrado hoy el lado positivo, que no había que correr porque como no había nada que hacer después, blanco y en botella.
Luego me ha dado tiempo a crear el Clasroom de otro grupo, subirles material, y pensando si me grababa explicándoles algunas cosillas. Vamos esto del COVID 19 va a hacer avanzar mucho a la enseñanza porque nos vamos a inventar todo lo que pueda ser efectivo con los medios que tenemos y sobre todo que nuestros alumnos y alumnas tengan de verdad a su alcance. Amigos, que el Guadalinfo lógicamente no está abierto, y muchos no tienen ordenador con Internet. Todo el día confiscando móviles... ironías de la vida, y son los que ahora nos van a salvar la vida en esto del teletrabajo educativo.

Bueno, me ha dado tiempo mientras la chica dormía la siesta a ver el capítulo 3 de la nueva temporada de  Outlander,cuando todo esto pase tengo que visitar Escocia, ohh yeaaah. Ese Jaimie, esos paisajes...
Y después al patio otra vez con mi nene, a jugar a la pelota, a recoger la ropa, a respirar aire. Ahí me ha dado un momento de agobio, lo reconozco, el no salir a andar eso me ha dado angustia. Dos veces me ha pasado hoy: cuando iba en el coche por mi pueblo y no había apenas gente, tiendas cerradas, bares casi todos...The Walking Dead. Acojona tela.  Y eso que es solo en día 1. Mejor ni lo pienso. 

Después han llegado las noticias del estado de alarma y que esto es ya encerrada, encerrada. Menos mal que mi patio es grande, menos mal. Que dos semanas más largas me esperan.

Y aquí estoy, sentada en el patio escribiendo esto, supongo que el resto del día entre bañarse, preparar cena... A ver si veo esta noche La trinchera infinita que la tengo ahí esperándome.

Hasta mañana. Paciencia gente, y cada uno EN SU CASA.