domingo, 24 de octubre de 2010

Tonterías mientras vigilo un examen

A veces, uno mismo intenta comprender porqué ocurren ciertos hechos inexplicables en su vida. Cuando leí hará ya miles de años aquel libro de las Nueves Revelaciones, me impactó la teoría de que las señales aparecen en tu vida por algún motivo. Y con señales me refiero a eso que llamamos casualidades. Las casualidades no existen, nos dijo a mi amiga Jara y a mí aquel orientador del instituto , Antonio, que además nos impartía psocología y tanto quedó en nuestro recuerdo.
Es curioso como hay personas, en este caso un profesor (el típico hombre superatractivo, que iba con las camisetas ajustadas y la chupa de cuero) que marca tu vida en un cierto sentido. Él nos acercó a esa filosofía de la vida en la que tratando  los sueños, el insconsciente y lo relativo a tu conocimiento personal, te crea una especie de filosofía de vida.
Según aquello, esto a lo que llamamos casualidad no son más que señales del destino que te indican por dónde puedes seguir, pero ese destino no es fijo, puedes cambiarlo según tu elección. Eso sí, de la capacidad que uno tenga de ver de forma acertada las señales va a depender tu propia vida. Y es aquí donde entró en juego ese Alquimista  de Paulo Cohelo, las señales seguían apostando luces a mi creciente teoría personal de la felicidad. 
Si aquel chico era capaz de encontrar su destino en África, ¿no voy a ser capaz yo de verlo aquí en España?, me decía  a veces. Otra lectura que realicé, esta hace nada, el invierno pasado mientras pasaba por una época personal con altos y bajos fue el Secreto (algunos pensarán ahora mismo que menuda profesora de lengua  literatura que estoy hecha, pero hay que leer de todos señores, y a veces dejo entrada a ciertas lecturas para descansar del álgido placer que pueden producir Lorca, Machado, Unamuno o Borges).
Volviendo a esa lectura de autocompasión personal, autoconocimiento o como queramos llamarla, lo del secreto es cierto queridos lectores (ui, es que me hacía ilusión poner que tengo lectores, aunque sean imaginarios), uno es más feliz y más dichoso y la vida va mejor si lo desea con fuerza. Sólo hay que visualizarlo. A mí me funciona, con un ejemplo tan simple como el aparcamiento del coche por ejemplo. Yo sé que voy a encontrar aparcamiento, siempre. Vaya donde vaya. Y quien viene conmigo lo sabe. En el centro de Sevilla, ahí voy yo y allí está el sitio para mí. Sólo es cuestión de visualizarlo y creerlo.
Cuál fue mi sorpresa, cuando hace unas semanas viendo El hormiguero, escuché como la hija de Eduard Punset, Elsa Punset, comentaba cómo el cerebro humano procesaba la felicidad según la calidad de los pensamientos. Es decir, fuera los pensamientos negativos. Amargarse, estar triste, no sirve para nada, bueno sí, para estar aún peor y ser mucho más pesimista si cabe. De este modo, la "ciencia"(sé que esto es hablar muy a la ligera, lo sé) también apoya mi teoría.
En fin, me voy de un tema a otro y lo que quería decir es que hay cosas que suceden para algo y por algo. El único problema es que ahora hay que saber identificarlo. Y ahí llega el caos. Llegados a este punto, quizás debiera interpretarlo como un aviso negativo, un no, pero como he aprendido a pensar siempre en positivo, esa señal era muy clara, y lo tomo como un Sí.  De perdidos al río.

                           Palmeral de Marrakesh, África. Agosto 2010. Por si estaba allí mi destino, me di un paseito este verano.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Si tienes lectores, en este caso lectora y muy asidua a ver qué cosas nuevas vas a contar :) un beso

Javier Castellano dijo...

Y ya conmigo puedes usar el plural perfectamente.

Comparto absolutamente esa idea tuya de que hay que leer de todo o por lo menos lo que a uno le plazca en cierto momento.

¿Sabes? siempre pensé que cada libro tenía su momento. Al igual que Cien Años de Soledad me llamó este verano y me pareció maravilloso, en su día también pude disfrutar de Las Nueve Revelaciones y no quedó ahí, porque después vino La Décima Revelación, La Nueva Visión Espiritual, incluso el manual de las Nueve Revelaciones, jajaja.

Yo también pienso que las coincidencias pueden entenderse como señales de un "plan" no comprendido aún por el ser humano.

Mañana al tajo, un beso.

Anónimo dijo...

Por supuesto....ahora está mas q comprobado que... LA FELICIDAD DE LA VIDA DEPENDE DE LA CALIDAD DE LOS PENSAMIENTOS!!!!
Eres estupenda, profe!!jejejeje...
Hay gente a las que las vida les sonríe, y algunos, llaman suerte.... yo creo q la 'suerte' no es mas que un premio a los que miramos la vida desde el optimismo!
Y por supuesto, q hay un destino...del que no podemos fiarnos... o del que no debemos de dejar de la mano...las ilusiones y la constancia hacia esos sueños son los que van marcando que la vida finalmente te sonría. Valoras mucho mas tus logros, porque los hemos buscado, labrado y encontrado!
Muchas gracias por expresar tan bien esta nuestra filosofia de vida!
Mucho besos y que no se pierda nunca la calidad!Tu amiga, Eli.

Anónimo dijo...

lo releo en un rato .. no tengo la mente ahora mismo para pensar en lo que has escrito .. el destino!!!!!!

jara dijo...

SOy tu lectora, desde que nos pasabamos papelinos en las mesas del instituto, y competíamos por los premios de relatos cortos ( tu siempre el primero y yo el segunto) Que decirte Ester que ya no te he dicho. Sigue vistiéndote cada día con el mejor de tus vestidos, tu sonrisa, que la vida ya se ha encargado de demostrarte que es tu mejor arma. Un beso!!