miércoles, 20 de octubre de 2010

Lisa

Lo que peor llevo de estar fuera de casa de mis padres este año, es no poder estar con mi perrita Lisa. Todo comenzó hace dos años, estaba destinada en Alosno, ese pueblecito cuna del fandango y perdido en el Andévalo, una de las zonas más pobres de Huelva entre la sierra y la costa. Eso sí, muy acogedor y con gente maravillosa. Vivía de alquiler con una compañera, y teníamos una gran terraza con vistas al campañario de la iglesia, tan cerca que en la época de fiestas de San Juan Bautista caían las varillas de los cohetes mientras veías los fuegos artificiales. Marijo se iba muchas tardes a Huelva porque tenía inglés en la EOI así que yo pasaba bastante tiempo sola. Comencé a sentir la necesidad de tener un animal de compañía, barajé la posibilidad de un gatito que son menos dependientes pero no me convencía. Yo quería un perro. Sólo tuve un perrito una vez, cuando era pequeña, mi Ulises, era listo, cariñoso, fiel y durante mi adolescencia era parte de mi vida. Desgradiadamente, murió y a partir de entonces mi madre se negó a tener ningún animalito más. A excepción de unos hamsters, y más adelante dos  inseparables: Alf que acabó escapándose y Larri que continúa con nosotros.

Total, que con el antojo del perrito, comenté un día en clase que quería uno, ya que en los pueblos la gente los regala para no asesinarlos pensé que algún alma caritativa me daría uno. Y así fue, Fulanito que así se llamaba el angelical niño, me prometió un Yorkshire que acababa de nacer, me lo daría cuando tuviese dos meses. ¡Tremendo júbilo sentí en aquel instante!. Como la lechera, ya me veía con mi perrito, saliendo a pasearlo por la calle y teniendo hermosos juegos de entretenimiento. Como bien dice ese rico refranero español...compré el  collar antes que el perro. Y fue literal, pero no solo el collar, sino también la cestita, la correita, la mantita, el champú de perro, el transportín para el coche y hasta una bolsa de comida especial para Yorkshire.  Todo completo esperando la llegada del gran día, igual que una madre primeriza.
Poco a poco pasaron los meses, y con la llegada de la primavera se acercaba el momento de recibir a Toby. Toby, porque igual que ocurre en la película de Up, en la que el niño pone rápidamente nombre a su nuevo amigo el avestruz, Kevin, yo con esa misma actitud infantil pensaba en todos los nombres que podría ponerle a mi futuro compañero: Lara, Zara, Toby, Nore bla bla bla.Creo que en aquel momento debí de ser algo pesada, mi novio me decía que sólo hablaba de lo mismo, DEL PERRO.

Llegó el momento, y quedé con el niño que a la salida de clase me acercaría el perrito. Me llevé el coche al instituto, el transportín... pero cuando llegué a aquel curso de 1ºESo Fulanito no había venido.
"Maestra, pa mi que Fulanito se ha inventao lo del perro y no ha venido hoy porque ya no sabe como decir que es mentira!", me dijo un niño mucho más avispado que yo con tan solo 12 años. 
"Anda ya, no va a ser tan cabrón", pensé yo. Pero efectivamente, Fulanito no vino ese día y al siguiente, nada más entrar como si fuese lo más corriente del mundo me dijo: "ah, maestra, que el perro se ha muerto, mi tia lo ha pisao esta noche cuando se ha levantao a bebé agua y eso, que sa muerto".
No puedo ahora ni describir mi sensación de estupidez suprema en ese momento, toda mi montaña que había ido creciendo a base de un pensamiento irreal. Ni perrito, ni nada de nada. Torta contra la realidad. A partir de aquel momento, decían las malas lenguas que a Fulanito no le dejaba pasar ni una. Y no lo recuerdo bien, pero ese niño aprendió que no hay que jugar con los sentimientos de los demás ni mentir muy jovencito.

El caso es, que mi padre, en un acto de pena y compasión ante la mema de su hija, le dijo a una vecina que me diese un perrito. Y así viene Lisa a mi vida, por casualidad y sin creer que ella iba a ser mía. NO es un Yorkshire, pero es el animal más cariñoso y más inteligente que he tenido. La quiero un montón, e incluso en los días más tristes con solo tirarle la pelota y jugar corriendo por la casa con ella me alegra la vida. Me produce felicidad, me hace ver el lado más bonito de la vida.

Me encanta cuando salta a mis piernas, lo inteligente que es. Tengo que confesar que muchos fines de semana voy a casa de mis padres sólamente por verla a ella. La fiesta que me hace cuando me recibe vale más que todo el oro del mundo, y esas noches que da con su patita en la puerta para que le abra y se duerme en el cojín que le pongo en el suelo, pero siendo lo suficientemente inteligente para salir disparada por la mañana para que nadie vea que ha dormido allí.
Así que Fulanito, gracias por no darme al Yorkshire imaginario Toby, gracias a ello he podido tener a Lisa. Y me alegro de disfrutar de cosas tan simples, son las que realmente dan la felicidad.
                                              Lisa, Junio 2010.

4 comentarios:

Javier Castellano dijo...

Bueno, tampoco es una cosa sencilla tener un animalillo, ¿eh? La responsabilidad aumenta con el cariño hacia él y la economía baja junto con las horas de sueño.
Yo soy más de gatos (ahora tenemos 8 en la familia) y cuando he tenido perros, siempre han sido chuchillos, que son los más listos y cariñosos.

Un beso

Ester R. Macarro dijo...

Los gatos son mucho más independientes, yo nunca he tenido uno. Supongo que es el cariño incondicional que te tiene un perro, lo que me gusta de ellos.

Javier Castellano dijo...

Mira ella qué fotogénica, jejeje.

Anónimo dijo...

Ains, q bonita Lisa....jejeje... la pobr el otro dia corriendo pa mi, supongo q me confundio al bajarme del coche, con la dueña... la verdad q le coges tal cariño.... Yo he tenido perro y gato. el o la gata....q la verdad no salia nunca y no sabemos q llegó a ser...Murió el año pasado poco despues que mi abuela (que por otra parte, era quien mas la cuidaba, porque ella era mucho de gatos. Ya tenia cerca de 20 años y la pobre murió de vieja... En fin...(muy arisca sii) era muy independiente, porq siempre van a su bola y no te quieren mas que para darle de comer, eso si, son mas limpios qe la mar. Y supercelosos de lo que consideran suyos..que incluso me tenido q enfrentar a el por el mero echo del sitio en el sofa al lado de mi padre (cmomo solo voy los findes....jejejeje)
Y perro tb he tenido... mi Boira, q murió y ya con los años (con negacion de mis padres) mi hermana trajo a Yumbi (uno mas de la familia) y mis padre parecen que tienen un niño pequeño en casa, hasta dandole explicaciones de donde van,jajajaja.. La verdad que si...algunas veces cuando mas triste estas, allí se arrima él moviendo el rabito y dándote el apoyo que necesitas, porque no les hacen falta hablar... su compñía lo hace todo! tu sabes....tu amiga!