lunes, 1 de noviembre de 2010

Todos los Santos

Estos días me cansan un poco. Sí, me refiero a la tradición de Halloween, a cómo ha inundado en nada de años nuestra sociedad. Me fastidia un poco porque nosotros también tenemos nuestra propia forma de celebrar esa tradición pagana, esa misma tradición que tiene como base que en esa noche del 31 de Octubre las fronteras entre la vida y la muerte se diluyen. 

El otro día, mis alumnos estaban muy pesaditos con Halloween así que lo que hice con ellos fue leer el Monte de las ánimas de Bécquer. En esa hermosa leyenda Bécquer nos cuenta cómo durante la noche de todos los santos las ancianas leían cuentos y cómo los muertos resucitaban para volver durante unas horas a la vida de un modo mágico. No tiene desperdicio.

Yo lo que suelo hacer ese día es ir a visitar el cementerio de Zufre, que es donde está enterrado mi abuelo. No me gustan los cementerios, supongo que a nadie le gustan, pero me siento como obligada a dar un paseo por allí una vez al año.  Es un entorno mágico, verde, con una tenue capa de otra dimensión que me hace sumirme en una clara nostalgia necesaria. No sólo para recordar a mi abuelo, sino también para rememorar todas sus historias. 

Además, en ese cementerio tengo otra visita obligada, es una tumba colectiva, en la que sé que está enterrado mi bisabuelo con otras cuatro personas. Fueron fusilados en la guerra civil, y me indigno al ver cómo alguien ha colocado una plaquita en la que pone "Aquí yacen los restos de personas fallecidas en los trágicos acontecimientos de 1936". ¿Fallecidas? Querrán decir fusilados, asesinados. ¿Trágicos acontecimientos? Por dios, un trágico acontecimiento puede ser un seísmo, un accidente de avión o una inundación. Pero aquello no fue un acontecimiento, fue una masacre también en la sierra. 

Aquellas personas están allí enterradas, sin que estén sus nombres puestos al lado, cuando en un pueblo tan pequeño todo el mundo sabe quiénes son. En fin, que me enfado cada año que voy. Ya intenté mover el asunto con el tema de la Memoria Histórica, porque sé que uno de los deseos de mi abuelo era sacar a su padre de allí y poder poner su nombre en una lápida. Simplemente el señorito le tenía manía y aprovechó la mínima para acusarlo de rojo, cuando lo único que era, era un pobre jornalero con una mujer y tres hijos.  Pero las personas mayores son como son, y mi abuela no me daba toda la información necesaria y cada vez queda menos gente de aquella época. Así que lo dejé pasar.

Mi abuelo me contaba muchas historias de este tipo, sufrió una infancia y una posguerra muy duras y me enseñó que en la vida hay que trabajar para conseguir lo que uno desea. Me hizo tener unas ideas políticas, una forma de ver la vida y de él aprendí una integridad y moral inigualables. Me alegro de que exista el día de todos los santos, y que aproveche ese día para recordar a mi abuelo y a mi bisabuelo. Me sirven para dar gracias de lo que soy, para ver que no siempre las cosas han sido tan sencillas como ahora, que la libertad no ha estado aquí siempre y que mis orígenes son los que son, el campo, el trabajo y el esfuerzo. No quiero perder nunca eso de vista. Por eso no me gustan Halloween, vestirme de zoombi, de muerto y pedir caramelos. No es parte de mis raíces. Al menos para los niños es una fecha más alegre.

                                  31 de Octubre 2010. Vistas al pantano desde el paseo de Zufre.

3 comentarios:

Javier Castellano dijo...

Para este día tan señalado es triste que todo sea tan frívolo e infantil, cuando buscando en nuestras raíces podemos encontrar la festividad que lo unifica todo. La cultura celta, que es la que más ha influido en esta fiesta, llegó a tener asentamientos por la zona de la que hablas y más en concreto cerca de Aracena hay constancia arqueológica, así que no sería descabellado recuperar más nuestra tradición pagana que vestirnos de monstruitos. De cualquier manera esto último resulta más divertido para los niños y te presionan muchísimo. Yo al final a los míos les di unos dibujitos para colorear en la hora de plástica.

Con respecto al tema que hablas de tu familia antepasada, pienso que incluso con ley de Memoria Histórica sigue habiendo mucha injusticia en este país. No ha habido más que decisión por parte de los valientes, de los verdaderamente dolidos durante tantos años. Los demás han olvidado y lo peor es que ya muchos ya NO SABEN, no contestan o incluso se exasperan por revolver el pasado. Es triste, pero es así. Me duele que a un juez que ha tenido una gran iniciativa de justicia, lo hayan anulado de la forma que lo han hecho... a mí esto me da mucha vergüenza...

Pero ahora, ya sabes, manda la economía y ya todos estos asuntos de la igualdad social, de la marginación, de la memoria histórica... como que están de más en los presupuestos... en fin, así nos irá.

Un beso

Anónimo dijo...

Qué bueno!!! la verdad es que si, apoyo a nuestra festividad, no me gusta Halloween, me niego!
Es absurdo contarles a los niños, que celebramos algo, q no sabemos bien q es, o q raices tiene en nuestro país... pero q en otro país se hace y está muy chulo, así que ya mismo estamos celebrando el Dia de Accion de Gracias...q triste....
Respecto a las raices, es verdad...eso si que es triste!!
Mi abuelo Fati tenia un hermano, Fermin, (por ello que a mi abuelo lo conocieran como Fermin, cuando en realidad se llama Vicente),el cual...o murió o desapareció.... no se sabe, pero se fue a la guerra y no volvió. Tampoco se volvió a mover el tema, ni dónde ni cómo, asi q es mas difícil que encontrar una aguja en un pajar... Las comunicaciones eran nulas y los abuelos cada día querían recordarlo menos, así que bueno....así están las cosas.
En fin... un beso y muy bueno, Ester.
Eli

Manuel dijo...

Impresionante,tan real y a la vez tan emocionante, que me recuerdan muchas cosas;orgullo de primo;Manuel.