martes, 25 de enero de 2011

Viaje espacial

- Entra en ese habitáculo, quítate el pantalón, las botas y te pones esa bata-dijo el hombre de la bata blanca mientras charlaba con su compañero sobre si llamaban o no a una compañera que parecía que acababa de tener una desgracia personal-.
-¿Qué rodilla?- escuché que le preguntaba al otro chico joven por segunda vez-
-¡La derecha!-Grité desde el interior, sólo faltaría que encima me la hicieran de la otra pierna. Me quité el pantalón con mucho trabajo porque la rodillera hacía que estuviese completamente ajustado, e intenté ponerme aquella bata azul de nylon. Me quedé mirándola porque no sabía muy bien hacia qué lado abrocharme el cordón para que no se me viera todo. EL jersey es tan largo que creo que la bata esta sobra y me reí yo misma. Como pude salí de allí y me llevaron a la sala donde estaba aquella extraña máquina.
- Súbete guapa- me dijo con una sonrisa el chico joven- Pon aquí la rodilla y túmbate hacia atrás-
-De acuerdo. ¿Asì?-
- No, hacia arriba, perfecto. No te asustes porque no te meteremos hacia dentro, los ruidos son muy fuertes pero normales, así que tranquila. Tú respira e intenta pensar en... ¡una buena fiesta, por ejemplo!-dijo con una sonrisa- durará en torno a unos veinte minutos.
- Muy bien, muchas gracias-
Lo siguiente fue que el hombre de la bata blanca cerró la puerta, la máquina se activó y unas luces de colores se encendieron en la parte de arriba de aquella nave espacial. Un movimiento muy leve me fue introduciendo en la máquina hasta los hombros, menos mal que mi cabeza quedaba fuera de aquel sitio. Una gran sirena sonó, parecía que la policía y los bomberos estaban dentro de la sala. Venga nena, relájate y piensa en algo. Ummm...no se me ocurre nada.
¡Ah, mira! Si en la parte de arriba hay una especie de marcha atrás que comienza en 4. Fíjate, ahora cambiamos de ruido...una nave espacial a punto de despegar 3, 2, 1, 0. Ufff, qué miedo. Me está temblando la rodilla, no sé si es del frío que tengo sin pantalón o los escalofríos los producen estos ruidos estridentes.
Venga tía, controla la rodilla que no se mueva no vayan a tener que repetírtela. Quedan varios segundos para un nuevo sonido. Fíjate, parece que tengo alrededor un montón de albañiles, igual que cuando estaba en Alosno y me despertaban todos los días a las 6 y media de la mañana, igualito, igualito. Moví la cabeza hacia el lado y de vez en cuando veía como los señores de blanco entraban y salían. Pura rutina vaya. Ya casi has terminado me decía con gestos el hombre joven detrás del cristal. Menos mal, pensé yo con alegría.
De pronto, el ruido cesó, la máquina, como cabreada por haberla tenido entretenida me expulsó con más rapidez de la que me había introducido.
-Ya puedes bajarte, en unos días podrás recogerla-
- Gracias-
Fui al habitáculo en el que estaba mi ropa, me vestí y al salir me dijo:
- Oye, ¿de verdad tienes 30 años?-
- Casi 30, hasta el viernes no es mi cumpleaños- dije casi tocada en el orgullo a ver que ya poco quedaba para la treintena.
- Es que yo te echaba unos 21 o 22 años, que bien te conservas hija- dijo con gracia sevillana-
Y entre carcajadas me fui al ascensor para viajar a la planta -1 en la que me esperaba mi  antigua nave espacial.

lunes, 24 de enero de 2011

Día 6 de reposo

Digamos que la paciencia tiene un límite. Si ahora vas a tener mucho tiempo libre para leer, para ver pelis, para hacer todo lo que normalmente no puedes.  Sí, sí, sí. Y un carajo. 
Todo comenzó el martes cuando estaba tomándome un té con mi hermano en la cocina y estaba ya arreglada para irme a atender a los padres de mi tutoría que tenían cita.  Estaba hablando cuando sentí un crujido horrible en mi rodilla, instantáneamente pegué un horrible grito de dolor, que continué en varias tomas, "¿qué te pasa?, ¿por qué gritas?" Dijo mi hermano asustado. Mi rodilla, mi rodilla, que me duele. Intenté no apoyarla en el suelo y mi hermano la sujetó al mismo tiempo que subía el pantalón y los dos descubríamos con horror que la rótula estaba fuera de su sitio y toda la pierna de rodilla hacia abajo estaban hacia el otro lado. Intenté ponerla recta y al cabo de un rato volvió a su sitio con un estridente clac. Después de eso, al médico, radiografía, urgencias etc.
El miércoles fue día de reposo aunque reconozco que del aburrimiento veía todo tan sucio que me tuve que poner a limpiar el piso. Haciendo pausas eso sí, y dejándolo todo resplandeciente. Por la tarde tuve la visita de mi novio que me reñía por haber estado limpiando y mis padres que vinieron a Sevilla por otras cuestiones fúnebres que ahora no vienen al cuento y aprovecharon para verme y me dejaron a Lisa haciéndome compañía.
El jueves como tenía que ir al traumatólogo perdí la mañana entretenida. Una rodillera aparatosa, más reposo y una resonancia para el martes próximo. Mi pobre hermano vino de acompañante y chófer y tuvimos que soportar como un tio estúpido, porque muy inteligente no era, se paraba en una via de sentido único cinco minutos sin dejar pasar a nadie. ¿Y por qué? ¡Porque no hay aparcamiento! ¡Flipa! Muchas gracias brother por tu asistencia y paciencia estos días con tu hermanita cojita.
Y por la tarde más reposo, pero entretenido haciendo figuritas de pasta blanca de una peli de Disney de terror, ya pondré alguna foto.

El viernes llevé la baja al IES y me trajo en coche Javi a mi pueblo. A casita, a que me cuide mami que siempre es bueno. Por la tarde comencé a leer el libro de Historia del arte que me echaron los Reyes Magos.Ya comencé a agobiarme en el sofá. El sábado me desperté y también me puse a leer, y a repasar francés (quiero poder comunicarme bien en París cuando vaya en Semana Santa). Luego tuve la visita de mis tios y mis primitos de Zufre. Por la tarde más visitas, mi prima, mi primo, mi sobri, mi amiga Antonia. Entretenida también. Pero estar tanto tiempo en el sofá también me pesaba.
Ayer domingo, lectura, he comenzado el nuevo de Juan José Millás Lo que sé de los hombrecillos que está bastante bien. Cuenta como el protagonista no vive sólo con la gente común, sino también con unos pequeñitos seres que comen de los restos que quedan en la cocina. Yo también quiero hombrecillos de esos para que me entretengan ahora, porque esta mañana estoy aquí solita. Después de leer vino mi amiga Carmelita a verme y me estuvo viendo la rodilla y la radiografía, tiene sus ventajas tener una amiga fisio. Por la tarde... me tragué dos pelis de serie B de antena 3 y luego... leí y dos visitas más: Antoñita de nuevo y Toñi, así se me pasó el tiempo más rápido. Me duché, cené, un capítulo de los Protegidos...y a la cama otra vez.
Y aquí ando, sobre las doce y media escribiendo en el blog para matar el tiempo. Me pondré a leer un ratillo que ya voy por Grecia en la Historia del Arte. ¿Propuestas para no aburrirme?

La verdad es que acostumbrada a estar todo el día de aquí para allá, que entre semana tengo clases, italiano, gym etc nunca  me da tiempo a nada. Ahora los minutos pasan excesivamente lentos, no me gusta estar aquí sentada todo el día, sin poder levantarme para casi nada, sin salir a la calle, sin pasear, sin ir a ver a mi abuela, sin ir a la tienda a dar una vuelta. ¡Qué horror! Vale que puedo leer mucho, pintar, mirar cosas en Internet sin tener que preocuparme del insti, de preparar clases, de los niños, pero...¡prefiero todo esto a estar aquí! Esta noche he soñado que estaba nadando, espero que me diga el traumatólogo que puedo seguir nadando.Porque...lo echo de menos. En fin, que espero que la rodilla se ponga bien y me deje tranquila hacer mi vida.



jueves, 20 de enero de 2011

ARTEFACTUM: Una nueva concepción de galería que hará más asequible el arte para todos


Las artistas sevillanas Salomé Salazar y Julia P. Muriel inauguran la galería Artefactum

El pasado viernes 21 de enero a las 19:30 horas  tuvo lugar la inauguración de la galería Artefactum, espacio en el que coexistirán arte, diseño e interiorismo.La nueva sala abrirá sus puertas con una innovadora idea que nace para que el arte sea más accesible a los hogares de los sevillanos de a pie.

La idea la han puesto en marcha dos jóvenes diseñadores que luchando por esa idea del arte han creado un nuevo concepto joven y diferente donde se apuesta por el arte y el diseño. De este modo, Manuel Núñez explica que la idea ha podido ver la luz gracias a una subvención por parte del Ministerio de Cultura y para la Creación y Modernización de industrias culturales que impulsa la creación de artistas noveles. “ Pensamos que el arte y el diseño es para todos y que cualquiera tiene cabida en este mundo, por ello desarrollamos proyectos de bajo coste, reduciendo al máximo los precios” nos explican Manuel y Sergio.

Con este pensamiento de acercar a las casas del ciudadano el diseño y el arte , Artefactum es una forma accesible, asequible y social de diseñar espacios particulares o profesionales teniendo acceso a producto de diseño y obras de arte de primera mano que sean adecuadas al estilo del cliente, “una de nuestras ideas es crear una bolsa de artistas que colaboren con nosotros para poder satisfacer todos los gustos del cliente, nos caracterizamos por nuestra entrega y por nuestra devoción. Porque el arte nos apasiona y porque el diseño define el mundo en el que nos movemos. Cada cliente es único, cada espacio un universo y cada pieza un sentimiento”, nos dice con ilusión este joven diseñador.

Como hemos dicho, Artefactum abrirá sus puertas al público el próximo viernes con una excelente exposición de dos jóvenes autoras que abarcan distintos campos del arte: Julia Pérez Muriel y Salomé Salazar. Esta es la segunda faceta de la galería, a la vez que acerca al ciudadano de a pie el arte y el diseño de interiores a precios asequibles, promueve las obras de los jóvenes artistas dándoles difusión además de en la propia galería, en los foros sociales, internet, revistas culturales y los periódicos de mayor tirada de Sevilla.

Manuel es diseñador y Sergio es artista y ambos explican que el término Artefatum hace referencia a que “todo está hecho con arte”. “Por otra parte también recuerda a ARTEFACTO, porque cuando uno crea , ya sea un diseño o una obra de arte, como que la gente piensa qué será eso, o que estará haciendo... vamos que qué ARTEFACTO sacará ahora de ahí” explican.



Autores que abren Artefactum


Salomé Salazar



Salomé Salazar es una pintora sevillana, con temprana vocación por el dibujo y la pintura, que recibió sus primeras clases a los siete años hasta que ingresó en el Bachillerato Artístico.
Posteriormente se licenció en Bellas Artes por la Facultad de Santa Isabel de Hungría, de Sevilla, terminando sus estudios en Brera, la Academia de Bellas Artes de Milán, gracias a una beca. Ha obtenido las medallas de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, Universidad de Sevilla, Facultad de Bellas Artes y Ayuntamiento de Sevilla, por el mejor expediente académico de su promoción.Continuó su formación en la Facultad de Bellas Artes de San Carlos en Valencia, cursando un máster en Producción Artística que culmina con el mejor reconocimiento.
Ha realizado diversas exposiciones individuales y colectivas utilizando en sus obras diferentes técnicas de pintura y dibujo, algunas de las cuales con mezclas experimentales que le han identificado con un lenguaje muy personal.
Sin Matasellos -desde Venecia- es una serie de dibujo sobre monotipo y offset, inspirada en el peculiar origen de Venecia y el cuidadoso equilibrio que la ciudad ha mantenido con el agua a lo largo de su historia, utilizando la imagen postal como aporte simbólico de la memoria, la huella y el recuerdo romántico de estancias pasadas de la autora en la ciudad de la laguna.
Nueve meses, refleja la experiencia vivida por la autora durante su estancia en la ciudad de Milán, una serie de obras en las que predomina el juego con la materia.



Julia Pérez Muriel
Julia P. Muriel es una artista sevillana licenciada en Bellas Artes por la Facultad Santa Isabel de Hungría de Sevilla, especializándose en Diseño Gráfico y Grabado. Sus inicios en el arte fueron de manera autodidacta hasta su ingreso en la Universidad.Durante estos años, ha realizado diversos trabajos de ilustración, cartelería y pintura, exponiendo de este modo en distintas galerías de manera individual.Su nuevo proyecto ha sido elegido para ser expuesto en el XX Aniversario del Certamen Internacional F L E C H A 2011 (Madrid).

Respecto a la colección que se expone en Artefactum,Ironía, la autora comenta lo siguiente: "Actualmente estamos rodeados por un mundo idealizado que esconde bastantes verdades incómodas a las que no queremos enfrentarnos. Verdades como el conflicto israelita-palestino que no encuentra su fin, el lugar tan poderoros que sigue ocupando la iglesia en nuestra sociedad y las imágenes idealizadas que nos exportan las grandes potencias para que sigamos viviendo felices en nuestro mundo de oz. Con esta serie intento describir estas verdades, con un punto irónico, casi cómico, tal y como las recibimos por los medios de comunicación".

miércoles, 19 de enero de 2011

Desayunos

El viernes estaba desayunando con Javi en la cafetería que está al lado de mi casa. Desayunamos siempre allí todos los viernes, aprovechando que salimos muy temprano de trabajar y nos gusta ir a ese lugar por las tostadas que ponen. Siempre me pido lo mismo, media con mantequilla y jamón york, de mollete eso sí y un manchado. Javi que es un copión se pide lo mismo pero con un colacao en vez del café. 
El caso es que me di cuenta que me había comido la tostada en un plas, y a los cinco minutos estaba mirando la de Javi, que aún no se había comido ni la mitad, y comencé a rogarle un poquito de la suya:
"¿Pero por qué no disfrutas más del desayuno y te lo comes lentamente saboreándolo?" me dijo él molesto por no dejarle tranquilo con su mantequilla-york.
"Pues...no lo sé" respondí yo. Y en ese instante vino a mi mente una escena de mi infancia, recuerdo que mi madre nos compraba bolsas de chucherías y nos la daba por las tardes. Gusanitos para mi hermano y para mí, ¡qué de tiempo hace que no como gusanitos! Con ese sabor salado, tirando a mantequilla...ummm.
 La escena era la siguiente, mamá traía las chuches las repartía equitativamente y comenzábamos a comérnoslas. Yo con mi rapidez y eficacia suprema, las devoraba ferozmente arrebañando el fondo de mijitas de gusanitos salados que quedan al final de la bolsa. 
Instintivamente, mi mirada se clavaba en aquel niño pequeño de mejillas sonrosadas y cara de pillo, que se comía lentamente su bolsa mientras jugaba con sus playmobil.  Doña Flor, como me decía a veces mi padre, no tenía otra cosa que ponerse a mirar con carita de cordero degollado a su hermano. Recordemos que tres años más en la infancia se notan, y la inocencia de mi hermanito llegaba hasta límites inimaginables. 
"¿Jugamos a que yo era tu perrito, y me dabas de comer?", le decía sabiamente. Y el pobre niño accedía al juego y yo con postura y ladridos de perro correteaba a su alrededor obteniendo, a lo tonto a lo tonto, casi la mitad de la bolsa de mi pobre brother. Y todo por no comerme la mía con más tranquilidad. Otro día contaré el suceso de la peluquera y cómo  a alguien se le ocurrió regalarme un set de peluquería al que yo añadí la tijera de la cocina e invité a jugar a mi hermano a los peluqueros. ¿Adivinan quién fue la peluquera y quién recibió el corte de pelo?. 
En fin, que en esta tesitura no sé si pensar que debería aprovechar más la comida y comer más lentamente, o que el animal de la selva que más rápido come más cacho pilla.